Sabemos bien que el transporte público de nuestra ciudad, como muchas otras de sus cualidades, está caracterizado por el exceso. Millones de personas lo usan diariamente y muchas veces nos quejamos porque hace falta mucha empatía entre los usuarios.
Por esto el día de hoy te compartimos 4 sencillas reglas cuyo fundamento es la convivencia cotidiana, para poder estar en una sociedad más ordenada con ciertas obligaciones:
¿Cuantas veces te ha pasado que tienes prisa y la persona de adelante te impide el paso? Es cierto, que cada persona es libre de caminar a la velocidad que le plazca, pero en el metro, donde miles de personas se apresuran por llegar a un destino, tenemos que ser más conscientes. Es por ello que sí no tienes prisa, debes caminar por la derecha para dejar libre el paso a la izquierda. Esta regla funciona a la perfección en andenes y pasillos. Recuerda que las escaleras eléctricas no son la excepción y sí no quieres ser odiado por más de uno, te recomendamos dar el paso.
Todos tenemos prisa, pero a pesar de eso, debemos permitir que las personas que estén en el interior de los vagones salgan primero. Después entras tú, una regla tan sencilla y práctica que hará más fluida la movilidad.
Además de las reglas generales, es conveniente que tengas empatía con los demás y seas considerado, pues no todos caminan a la misma velocidad. Ten en mente que todos tenemos derecho a llegar a nuestro destino, no empujes, se cortés y procura mantener un ambiente agradable o llevadero durante tu viaje. Sí ves que alguien está perdiendo la paciencia y, por consiguiente el control de sus acciones, conserva la calma y trata de manejar el asunto con gentileza.
“Si los molesto si se recorren, de favor” las únicas pero sabias palabras que has escuchado del chofer del microbús las puedes llevar a cabo en el metro. Cuando te subas al transporte no te quedes en las áreas de acceso o descenso, porque lamento informarte que lo único que haces es estorbar el paso.